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Muchos son los adjetivos usados para denominar algunos de los recursos de la naturaleza. Al Sol, por ejemplo, es usual llamarlo astro rey; al petróleo, se le denomina oro negro y al agua, tema de mis líneas de hoy, se le identifica como el preciado líquido y es que en realidad, esa combinación de agua e hidrógeno que nos rodea es fuente y sostén de la vida.
Según cálculos de especialistas, los adultos tenemos el 60 por ciento de nuestro cuerpo compuesto por agua. En los niños la proporción es mucha más alta y esa es una de las explicaciones a la tersura de su piel.
Claro que las causas de las flacidez, las bolsas y las arrugas no están solo en la pérdida de líquido que ocurre a lo largo del crecimiento, sino también en otros muchos aspectos que se derivan de la interacción del organismo con el medio ambiente, entre ellos el aire, el sol, el calor, el viento...
El agua es vital para combatir el envejecimiento
Moraleja: el agua es vital para combatir el envejecimiento de la piel y uno de los secretos está en hidratar el cuerpo aportándole un suministro estable de agua en dependencia de las necesidades propias de cada etapa de la vida.
En condiciones normales bastarían entre 6 y 8 vasos de agua por día para mantener una piel saludable. Con eso se garantiza la cuota mínima para las funciones depurativas del riñón y los intestinos. Si tienes la piel reseca, un tanto maltratada, las proporciones deben ser mayores, alrededor de 10 a 12 vasos por día como mínimo y en ese caso, además de ingerirla, puedes usar agua de manzanilla para refrescar el cutis, baños suavizantes y abundantes líquidos
Si la temperatura ambiente es elevada, la transpiración aumenta y con ella la pérdida de líquido. Es preciso entonces tomar más agua para reponer las reservas. Este consejo es válido también cuando estamos enfermos o cuando se hace un esfuerzo físico mayor al habitual.
Un buen comienzo de jornada podría ser tomar un vaso de agua fresca en ayunas pues tiene probados atributos laxantes y depuradores del metabolismo nocturno. Los nutricionista también recomiendan unas cuantas onzas antes de acostarse.
El agua ayuda tanto a las personas delgadas como las con sobrepeso.
Beber agua ayuda a las delgadas a ganar peso y a las "pasaditas" a perderlo. Para las primeras se recomienda tomarla sin límites durante las comidas, mientras que para las segundas esos vasos en la mesa están prohibidos. En el caso de personas interesadas en bajar los kilos que le sobran, es aconsejable beber agua una hora antes o dos después de haber ingerido los alimentos. Así apoyas a la digestión de la grasa depositada en el organismo.
Un consejo: no la bebas de un solo tirón, disfrútala a sorbos, como si la masticaras. Descubrirás que además de satisfacer una necesidad biológica, esta acción puede ser una fuente de placer.
Fuente diariofemenino.com
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